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El estudiante del siglo XXI: el papel de la escuela

Solo puedo escribir sobre este tema desde mi pequeña oficina en el sexto piso de la Escuela Internacional Oberoi. Como uno de los dos consejeros universitarios, enseño a los estudiantes a partir del grado 8 a identificar sus propias fortalezas e intereses para elegir una universidad y, finalmente, una carrera. A pesar de la presión de mirar más allá de los muros de la escuela, mis alumnos eligen trabajar con los consejeros empleados por OIS. Sorprendentemente, esto significa mucho más trabajo para los estudiantes. Al mismo tiempo, toman el control de su futuro, y así es como OIS está preparando a los estudiantes para el siglo XXI .

Mis alumnos podrían contratar a un consejero externo. Por una tarifa alta, él o ella analizaría los datos proporcionados por una batería de evaluaciones y haría una lista de universidades para que el estudiante aplicara. Por otra tarifa, muchos escribirían un borrador real de cualquier ensayo requerido. Mis estudiantes podrían inscribirse en una costosa escuela de tutoría para prepararse para el SAT o ACT, perdiendo horas preciosas sentados en el tráfico y aprendiendo la misma información que el curso en línea gratuito podría enseñarles.

Los resultados positivos están garantizados. Pero mis alumnos son demasiado listos para eso.

Mis alumnos entienden los peligros de usar programas de computadora para reducir a las personas a una lista de "me gusta". Saben que los ensayos son más efectivos si provienen de sus propias experiencias personales y que las pruebas estandarizadas son solo una parte pequeña, controvertida y opcional de su aplicación. Creen que hacer su propia lista de universidades para postularse es una parte importante y emocionante del proceso.

¿Por qué? Porque en lugar de entregarles las respuestas, les mostramos las herramientas que necesitan para navegar el proceso de solicitud. Les enseñamos cómo realizar su propia investigación, evaluar fuentes y decidir por sí mismos qué información usar para tomar su decisión. Estas mismas herramientas eventualmente serán útiles en el mundo "real". Y en el mundo de hoy no hay mejor habilidad que tener que pensar.

Hay mucho miedo ahí fuera -miedo al fracaso, a la pobreza, a la violencia, al "otro"- y este miedo se ha filtrado en las solicitudes universitarias. El resultado es que demasiados estudiantes creen que no pueden postularse a la universidad por sí mismos. Pero esto no es cierto.

Al capacitar a los estudiantes para que elijan su propio camino, estamos reemplazando ese miedo al futuro con posibilidades. Los estudiantes están descubriendo no solo quiénes son, sino también cómo quieren que sea su futuro. Tal vez sea curar el cáncer o colonizar Marte o resolver el racismo. Las posibilidades son infinitas.

Entonces, ¿cuál es el papel de las escuelas en la preparación de los estudiantes para el futuro? Enséñeles a investigar, evaluar y pensar por sí mismos. Y luego sal del camino...

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