Article

Cómo Llegué al Teatro

Primer Acto: Antes.

Cuando apliqué a SeattleU, apliqué para el programa de English/Creative Writing; amaba el teatro, pero cuando decía que también quería ser actriz me refería más a actriz de películas. Es cierto que también escogí SU porque me gustaba su programa de Teatro, pero no estaba segura que lo haría como carrera.

Originalmente, pensaba que iba a hacer minor en Actuación, tal vez escoger electivos en Teatro, pero tenía muchas dudas porque aunque me gustaba la actuación (y aunque nunca había actuado antes), una vez que vi el currículum… no estaba tan interesada.

¿Historia del Teatro? ¿Gestión de Escena? ¿Historia de Vestuario?

Pensé que tal vez serían un poco interesantes, pero no lo suficiente como para hacer cada una por al menos tres meses. Tenía curiosidad, pero no quería que me califiquen en estas cosas si ni siquiera estaba segura que las usaría en mi futuro.

Pero para actuación… eso en realidad quería tratar, así que logré que sea una de mis primeras clases, mi primer trimestre de primer año. Me enamoré, pero no fue hasta el final del año que decidí audicionar para el Departamento de Teatro.

Segundo Acto: El Verdadero Comienzo?

Cuando audicioné, mi nueva consejera (“advisor”) solo me registró como major y dijo que eso sería más fácil que si solo puedo tomar las clases de minor y después me arrepienta y quiera hacer toda la carrera. Tuve mis dudas, pero le seguí el juego. Luego, porque esta clase sólo se daba en el trimestre de primavera, me registré para Historia de Vestuario.

Recuerdo que mi profesora empezó la clase diciendo que tomar esta clase iba a cambiar la forma en que vemos películas. Cambiaría la forma en que vemos escenas en otras épocas, e impactaría cómo vemos la ropa en general.

No era solo la actuación lo que me interesaba, sino meterme en los zapatos de los personajes y descubrir cada aspecto de su mundo y su historia. Quería saber cómo lo que usaban también hablaba de quiénes eran.

Cuando me di cuenta de que el vestuario me podía contar la misma historia visualmente, también me di cuenta de que no era solo “actuación,” o no sólo “escribir” o “la ropa.” Lo que me gustaba era contar historias de cualquier forma que pueda. Me di cuenta de que amaba lo que las obras de teatro podían decir sobre el tiempo en que vivieron sus autores, cómo el set era parte de la historia, y cómo se necesitaba todo un equipo de personas para hacer que funcione esta arte.

Tercer Acto: Hay Más.

Hablando con otros estudiantes me di cuenta de que muchos entramos al mundo del teatro por actuación, pero cuando la carrera nos obligó a ver otras áreas del teatro, nos dimos cuenta de que nuestra pasión estaba en otra parte.

Tomé dos clases de actuación y audicioné muchas veces, pero no estuve en ninguna de las obras excepto por una obra de un acto de veinte minutos. Honestamente, no estoy molesta con esto. Todavía creo que me gusta mucho la actuación, pero también me encantan los vestuarios. No puedo ver una obra ahora y no pensar en los vestuarios.

Además, aunque no actué mucho, trabajé cosiendo vestuarios como para cuatro obras diferentes como estudiante, y hubiese hecho más si mi horario me hubiese dejado.

Y ese, de por sí es otro problema.

Antes de verdaderamente involucrarme con el teatro, no entendía el compromiso de tiempo que éste requería. Para nosotros en costura es bastante, pero una vez que la obra empieza, ya terminamos todo. Los que estén en el área de vestuario durante la obra, que les decimos “Wardrobe Team,” son como otro equipo.

Yo trabajé con el Wardrobe Team sólo una vez y siento que añadir eso me hizo dar cuenta del compromiso de tiempo porque hasta las noches tenía ocupadas por el teatro. Mi conflicto era también que declaré el major al final del primer año y estaba haciendo aparte otra carrera, que era la de escritura. Ya de por sí no soy excelente manejando mi tiempo pero esto casi me vuelve loca.

Teníamos que trabajar, que poner el show, pero siempre había más. Y no era sólo yo, porque todos éramos estudiantes. Todos teníamos otras responsabilidades.

Entonces me di cuenta que si quieres hacer Teatro, de verdad tienes que amarlo. No puedes hacerlo “porque sí,” porque este es como un estilo de vida que solo puedes alimentar con tu pasión y amor por él.

Cuarto Acto: Entonces, ¿Qué Hago?

Cuando me fui de Ecuador, no veía un futuro para mí con teatro en mi país; es solo ahora, cuatro años después, que puedo ver que está creciendo ese mundo y cómo yo lo puedo ayudar a crecer. Pero, ¿tengo la pasión necesaria para esto?

Honestamente, y esto es difícil de admitir, no estoy segura. Estoy de verdad enamorada del teatro, pero hay un pequeño detalle:

No puedes solo estar enamorado del Teatro.

Tienes que estar enamorado del proceso.

De esa forma, es como la escritura. Escribir es mi primer amor; el mayor amor-odio que he sentido. Así como la escritura, aún cuando se hace difícil tienes que sentir que hay algo ahí que vale la pena.

Entonces, ¿vale la pena?

¿Te hará feliz?

Me acabo de graduar de estudiar Teatro, pero de cierta forma siento como que mi camino está empezando todavía. No puedo contestarte estas preguntas. Todavía me pregunto a mí misma, ¿estoy enamorada del proceso? ¿Es esto lo que quiero hacer por el resto de mi vida?

La verdad es que nadie te va a decir si vale la pena para ti. Vas a tener que decifrarlo por tu cuenta.

Quinto Acto: El Secreto.

Sólo te puedo contar esta historia y esperar que ayude:

Hubo un día, en esos meses que tenía que tomar la clase de Gestión de Escenario y estaba personalmente pasando por momentos difíciles, en que fui a hablar con mi advisor en su oficina.

“No me puedo comprometer,” le dije. “No creo que tengo el tiempo, ni la energía, y hay unas clases que no quiero tomar.”

Me miró como si podía entender todo lo que no estaba diciendo. Como si sabía que en verdad sólo estaba asustada de estudiar algo que no tuviera punto para mí porque no me había decidido si me gustaba lo suficiente o no. Entonces me dijo:

“Bueno, ¿por qué no le das una oportunidad más? No te haz involucrado en ninguna de las producciones todavía, ¿verdad? Sólo trata con una. Involúcrate de cualquier forma que puedas—si no pasas la audición, trabaja en algo atrás del escenario. Sólo trata de trabajar en una de las producciones y luego de eso dime si quieres dejar de hacerlo y haré todo el papeleo contigo.”

Pienso mucho en este momento, porque después de eso fue la primera vez que trabajé cosiendo vestuarios. Después de eso supe que aún si no terminaba actuando, amaba esa comunidad. Amaba ser parte de algo tan hermoso, y amaba lo mucho que podía suceder en como dos horas y media.

Así que, aún si no estás seguro, lo mínimo que puedes hacer es descubrir por qué una parte de ti siente ese llamado al mundo del teatro.

Categories